Al producirse el
pontificado de Inocencio X, Bernini se ve otra vez protegido de la mano de
Alejandro VII Chigi, el cual intenta conseguir de la arquitectura el modo más
evidente de emoción del poder estatal del pontífice. Así le manda a Bernini el
diseño de la Plaza de San Pedro, construida entre 1656 y 1667, para crear un
lugar capaz de acoger grandes cantidades
de fieles y mejorar el resultado de la ampliación del brazo oriental de la
basílica.
El diseño original buscaba la construcción de una plaza
cerrada, con dos brazos laterales y un tercero que la separaba, produciendo un volumen
diferenciado y humilde. Tras este tercer brazo de la plaza se localizaba
especialmente una manzana de casas, el Borgo Leonino, mejorándola así con el
contexto urbanístico. Este tercer brazo no se llegó a edificar, quedando la
plaza con un aspecto muy parecido al de hoy día.
El planteamiento de la plaza representa al pontífice
coronado con la mitra (cúpula de San Pedro) y con los brazos abiertos,
recogiendo a toda la cristiandad. Otro de los diseños presentados por Bernini
simboliza a Cristo crucificado. Asimismo el pontífice reclamó que la plaza permitiera
que todos los que estuvieran presentes en ella vieran agradablemente la Lonja
de la Bendiciones y las estancias vaticanas, desde donde se producen las
bendiciones papales.
La plaza de San Pedro está formada en realidad de dos plazas
tangentes, una de forma trapezoidal y otra elíptica. La plaza trapezoidal se
cierra hacia nuestro frente abreviando ópticamente la fachada de Maderno y
consiguiendo que el público situado en la plaza elíptica comprenda la
concepción original de la cúpula de Miguel Ángel.
Las columnas se encuentran organizadas esencialmente en
torno al punto de generación de la elipse, creando un espacio desbaratado
ópticamente. El estilo instruido por Bernini es muy clásico, casi arqueológico,
con un sentido muy sencillo en el uso del orden toscano, aunque dinámica y
escenografía es barroco. El uso de columnas con balaustradas y estatuas recuerda
a Palladio en el Teatro Olímpico. Un eje tetrástilo de columnas pareadas parte
la monotonía de los tramos medios.
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